Un viaje en el tiempo de microsoft
Microsoft, la gigante de la tecnología que todos conocemos, no siempre estuvo en la cima. En sus inicios, en una época donde las computadoras personales eran un sueño distante, Microsoft creó algo asombroso: Xenix, su primer sistema operativo, mucho antes de que llegara MS-DOS y Windows. Aunque pocos lo recuerdan, su historia es fascinante.
Microsoft en sus primeros días
Imagina una época a finales de los 70 y principios de los 80, donde Microsoft aún era una pequeña compañía, navegando entre el mundo académico de la informática y el floreciente universo de las computadoras personales.
En ese momento, las computadoras estaban principalmente en universidades, centros de investigación, cuarteles militares y grandes empresas. La mayoría de ellas utilizaban el sistema operativo UNIX, desarrollado por AT&T para máquinas como el PDP-11, muy común en entornos académicos y empresariales.
El nacimiento de Xenix
Fue entonces cuando a Microsoft se le ocurrió llevar UNIX a las computadoras personales con procesadores de 16 bits, como el IBM PC XT o el Tandy con el procesador Motorola 68000. ¿La respuesta? Xenix, un sistema operativo que revolucionaría la escena tecnológica.
Microsoft adquirió la licencia de AT&T para el código fuente de UNIX System V y lo adaptó para funcionar en los microprocesadores de 16 bits de la época. Dado que no podían llamarlo UNIX, le dieron el nombre de Xenix.
El debut de Xenix
El 25 de agosto de 1980, Microsoft anunció oficialmente Xenix. Comenzó a llegar a computadoras de empresas como Tandy, Altos, SCO e Intel a partir de 1981 y 1982, adaptándose a diferentes plataformas. Incluso el Apple Lisa tuvo su propia versión.
Es crucial destacar que Xenix no se vendía directamente al usuario final, sino a fabricantes de computadoras. Estos lo instalaban en los PCs empresariales para su uso interno. Cada copia de Xenix tenía un precio que oscilaba entre 2,000 y 9,000 dólares de la época, ¡equivalente a entre 6,000 y 28,000 euros hoy en día!
Xenix en acción
Xenix no era como los sistemas operativos modernos con ventanas y colores brillantes. Era un sistema basado en texto, pero ¡ojo!, estaba diseñado para hacer varias tareas a la vez y para el uso de software en oficinas, educación y negocios.
Por un tiempo, Bill Gates, el cerebro detrás de Microsoft, creía que Xenix sería el sistema operativo del futuro para las computadoras personales. Pero las cosas tomaron un giro inesperado.
El cambio de rumbo de Microsoft
AT&T, la compañía que creó UNIX y era mucho más poderosa que Microsoft en ese momento, lanzó su propia versión comercial de UNIX System V. Microsoft, sintiéndose incapaz de competir, cambió su enfoque.
Además, se asociaron con IBM para crear IBM OS/2, el supuesto sucesor de MS-DOS, con una interfaz gráfica. Sin embargo, esta asociación fue efímera, ya que Microsoft pronto abandonaría este proyecto para dar paso a la creación de Windows.
El adiós a Xenix
Microsoft tomó la decisión de vender Xenix a SCO a mediados de los 80, la compañía que había desarrollado versiones de Xenix para algunos procesadores. SCO continuó desarrollándolo hasta 1989, pero Xenix no tuvo la longevidad que se esperaba. Sus licencias eran costosas, y los sistemas operativos con interfaces gráficas empezaban a ganar terreno.